Capitalía Plena Sucre: Evo Impone con Muerte y Sangre su Constitución

domingo, 25 de noviembre de 2007

Evo Impone con Muerte y Sangre su Constitución

UN ABOGADO DE 29 AÑOS MURIÓ POR IMPACTO DE BALA TRAS VIOLENTOS CHOQUES TODA LA JORNADA



La Constitución del MAS se manchó de sangre
Hay más de 100 heridos, entre intoxicados, policontusos, personas con traumatismo encefalo craneano y baleados. Más de 20.000 sucrenses cercaron el Liceo Militar y los asambleístas tuvieron que huir








Los cerros que rodean al Liceo Militar teniente Edmundo Andrade fueron el escenario de los enfrantamientos más duros. Foto: El Deber



Fuente/Grupo Líder y CORREO DEL SUR
En el paraninfo del Liceo Militar había una fiesta. Los masistas y sus aliados festejaron con aplauso la aprobación del texto en grande de su Constitución y terminaron cantando el Himno Nacional, mientras afuera, el luto por la muerte de Gonzalo Durán Carazani, se mezclaba con la rabia de más de 20.000 chuquisaqueños que cercaban el nuevo recinto de la Asamblea Constituyente.El Movimiento Al Socialismo necesitó sólo un día con muchos cuartos intermedios para leer los 21 informes de comisiones y sólo mencionó el índice de su Constitución para aprobarla, saltando todos los pasos señalados en el reglamento interno de la Asamblea. Informados sobre lo que pasaba a pocos metros de dónde estaban, sólo tres de los 139 asambleístas presentes decidieron abstenerse. Nadie se opuso a la aprobación. Además, para garantizarse seguridad, pusieron militares en la puerta del galpón y no dejaron ingresar ni a la prensa.En ambos escenarios, la tragedia se tejió durante todo el día. Desde temprano, denuncias de familiares de universitarios que no retornaron a sus domicilios el pasado viernes 23 de noviembre de la zona de la Calancha hacían temer que estuvieran detenidos en el sótano del Liceo Militar "Teniente Edmundo Andrade", pese a que la fiscal de distrito de Chuquisaca, Ana María Lía, lo desmintió tras una requisa de tres horas.A las 9:00 se analizó la forma de tratar la capitalidad en un ambiente dominado por el MAS a su antojo. El oficialismo se rindió ante La Paz, ante una débil oposición de los diez representantes chuquisaqueños, que fueron echando por tierra sus amenazas de abandonar el recinto hasta que fue tarde. En la calle, a las 11:00, los estudiantes habían llegado hasta la plaza del Rotary, a 800 metros de la puerta. Ahí, superados en número por la Policía, se encontraban reunidos de manera pacífica, vigilados de cerca por el presidente del Concejo Municipal, Fidel Herrera, que intentaba evitar lo inevitable: que policías y universitarios se enfrentaran. A las 12:15, cuando un grupo comenzaba a trepar a los cerros, los policías comenzaron a disparar gases a diestra y siniestra y a golpear con furia a cuanto universitario detenían.


BRUTALIDAD POLICIAL Patadas en el estómago, rodillazos en las costillas, golpes de culata en la frente comenzaron a teñir de rojo sangre la jornada. Y mientras golpeaban, los policías cantaban y preguntaban: "¿Qué se necesita para ser policía?", "¿quién es llama, carajo?" "Y ahí está tu capitalidad, cabrón". Y es que la mayoría de los uniformados eran paceños, potosinos y orureños. También eran inexpertos, de la Escuela Básica de Policías. Eso quedaba en evidencia por la cantidad de gases utilizados. Lanzaban más de lo necesario para dispersar a los jóvenes.A las 13:30, en medio de una tregua, apareció Jaime Barrón, rector y presidente del Comité Interinstitucional. Exigió a sus estudiantes liberar a Plácido Flores Mamani, funcionario de la Asamblea que tomaba fotos y portaba una pistola 9 milímetros. También les pidió detener los enfrentamientos. Pidió lo mismo a los policías. Sellada la tregua, siguió camino hasta el Liceo Militar, en busca del ministro de Gobierno, Alfredo Rada. No duró ni dos minutos dentro y fue echado por Rada, que le prometió convocarlo más tarde cuando llegara el prefecto, David Sánchez. La convocatoria se hizo esperar toda la tarde y llegó cuando ya se había consumado lo que se quería evitar: la muerte de una persona. Y si Rada llamó a Barrón, fue porque los policías ya habían sido rebasados.En la plaza del Rotary se vivió una pequeña Termópolis. Con los primeros gases, llegaron también madres de familia que se dirigieron hasta el lugar a dejarles almuerzo a sus hijos. La población sucrense se molestó y decidió marchar, en verdaderas procesiones humanas, para apoyar a los jóvenes. Mujeres, hombres, niños y niñas, jóvenes y ancianos, pelearon hombro a hombro y lograron echar a los policías de la Plaza del Rotary. Los policías contaban con la ventaja de armamento y del escenario. Estaban en un camino estrecho y controlaban las alturas, por lo que los chuquisaqueños no podían aprovechar su amplísima ventaja numérica. Pero eso fue hasta que lograron tomar el río y comenzaron a trepar a los cerros, y hacerse fuertes en todos lados. A las 18:45, hicieron replegarse a los policías, a quienes además se les acabaron los gases y balines.Pero la fuerza de los chuquisaqueños empezaba a cobrar fuerza en el centro de Sucre. Un rosario de marchas pasó por la plaza central antes de dirigirse hacia el Liceo. Gente particular y transportistas pusieron a disposición sus vehículos para trasladarlos. Por la mañana, muy temprano, las protagonistas fueron las madres, que llevaron desayuno, vinagre, barbijos y bicarbonatos a sus hijos. Pero cerca del mediodía, gente de toda clase social y color de piel decidió ir hasta el Liceo y nadie los pudo detener, ni las autoridades ni la represión. Sucre se convirtió en un ejército dispuesto a resistir con todos los medios a su alcance la desproporcionada represión gubernamental.Tampoco lo lograron los alteños, que se habían ubicado en los cerros alrededor del recinto militar y fueron avanzando hacia la ciudad. Los sucrenses quemaron los arbustos y comenzaron a trepar. Consiguieron hondas, petardos, palos y cachorros de dinamita. Los alteños, que lanzaban piedras con hondas, tuvieron que replegarse junto con la Policía. Los irreconciliables de 2003, policías y alteños, ayer estaban unidos contra Sucre y para defender al MAS. Llegó un momento en que incluso los policías reconocían la valentía de los manifestantes y los ponían justo por debajo de los cocaleros de chapare en su persistencia. Los oficiales les exigían a sus efectivos mantener sus posiciones, pero ya había cansancio y molestia. "Quedate en la esquina, quedate en la esquina. Mandar es fácil, pero por qué no vas vos a la cabeza, estrelludo de mierda", se escuchó rezongar a un policía de bajo rango.


CAE UN MUERTO Y en todo este infierno calentado por llantas viejas, el Liceo era un oasis. Absolutamente aislados, rodeado por un paisaje mantenido por militares, Silvia Lazarte seguía aprobando informes y hasta una resolución de la capitalidad (ver nota aparte). Pero a las 19:05, todo se volvió desesperación. En el puente de La Calancha, a 300 metros del cuartel de El Tejar, la multitud que había llegado hasta allí comenzó a clamar por una ambulancia. Los bloqueos, la gente, no los dejaban avanzar, pero los cadetes del SAR lograron llegar hasta el origen de los gritos con una camilla. Allí cargaron a Gonzalo Durán. "Está herido de bala, está muerto", gritaban cuando pasaba. Desde el principio quedó claro que no era balín. Tenía un orificio de entrada en la tetilla derecha, pequeño, sin sangre. Su brazo colgaba inerte de la camilla mientras era subido a la ambulancia. Llegó agonizando al hospital Santa Bárbara. Minutos después confirmaron su muerte. Ahí, los rumores se dispararon, al igual que el número de heridos que al final sobrepasaron los cien. Desde los cerros bajaban jóvenes y adultos sangrantes, la mayoría de balines y otros con munición de guerra. En la mañana, el Coronel Mario Tanaka, comandante del Regimiento II de Infantería, aseguró que sus efectivos no habían hecho disparos y culpó de ello a la Unidad Especial Antiterrorismo de la Policía, que visten uniformes camuflados y usan los casquillos que fueron disparados. El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, aseguró que ni siquiera sabía que existía la unidad.


SE DESATA LA FURIA Con la muerte del abogado, el grito de capitalidad se convirtió en un clamor: "Evo asesino" y "justicia". Decidieron cargar con todo contra el Liceo.El Prefecto, angustiado por la muerte, irrumpió en la sesión de la Asamblea y pidió a Lazarte parar y cerrar la Asamblea. Ésta no hizo caso y, después de un breve cuarto intermedio, terminó leyendo el índice para aprobar un texto en grande. "Hay un finado, que descanse en paz, pero tenemos que continuar", ordenó Lazarte a los asambleístas.Los policías se apertrecharon a 200 metros de la entrada y resistieron. Cortaron la luz de toda la zona disparando contra un regulador y comenzaron a reprimir con más fuerza. La población resistió y al cierre de esta edición se combatía a las puertas del Liceo Militar. Desde el interior aseguraban que se había evacuado a los asambleístas por las vías del tren que pasan por detrás del Liceo y que iban a tratar de salir a la tranca de Yotala.Sin embargo, si eso sucedió no llegarán muy lejos. Incluso en esa población, fiel al MAS, los yotaleños iniciaron bloqueos en la ruta a Potosí en tres puntos. La consigna no es venganza, sino justicia."Calma compañeros, no somos asesinos, no somos paceños", se dicen unos a otros los manifestantes, cuando encuentran a algún masista en la vía. Sucre ya no sólo arde, sino que también sangra y muere, después de haber resistido y mantenido su lucha por la Capitalidad Plena.