Empezó la confrontación violenta, como fruto del dogmatismo ideológico y ceguera política del Gobierno. Al fin caen las máscaras; la autonomía, los recursos que la sustentan, IDH, regalías, etc. quedan atrás y surge, claro, el dilema principal: ¿seguimos la línea de un comunismo andino primitivo con su lucha de clases, su seudo-revolución y su oferta de sueños ilusorios incluidos, o defendemos la libertad, la democracia y el Estado de Derecho?
El Gobierno apuesta y alienta la crisis política, económica y social con el propósito de reconformar un país, pero con intenciones "non santas". La reciente publicación de Emilio Martínez "Ciudadano X" que ha logrado cinco ediciones en pocos meses, hace una serie de revelaciones sobre la "cara oculta del evismo" que se presumen verdades, mientras alguien levante esos graves cargos.
Golpes publicitarios, tratan de atribuir al imperio la responsabilidad de los fracasos nacionales y no pasan de ser una impostura; lo honesto es reconocer que es nuestra incapacidad y corrupción la autora de todos los males. ¡Cómo les gusta a los dictadores la falsa publicidad!. Su Socialismo del Siglo XXI, tiene la influencia decisiva de un argentino, asesor de los "Carapintadas", que afirmaba: "Si Hitler y Mussolini hubieran triunfado, eso hubiera sido una gran ventaja para países como los nuestros".
La tesis Ceresole, sostiene que hoy, "una revolución sólo puede darse sobre la base de la unión de tres elementos: Caudillo, Ejército y pueblo". Esta tendencia según unos, es "fascismo", para otros "nacional populismo étnico"; para nuestros "ideólogos andinos" con aspiraciones teocráticas tipo Medio Oriente, es "socialismo comunitario" cuyo fracaso es inminente porque no lograrán integrar esos tres elementos.
Lo inexplicable, es que estas ideologías de grupos minoritarios de la sociedad, sobreviven a pesar de sus fracasos, se basan en una falsa democracia participativa y referendos, para formular constituciones a su medida y apropiarse del Poder; manipulan el voto y el Congreso, asaltan a la justicia, amordazan a la prensa y desatan la mentira a través de medios oficiales de información, dentro y fuera del país.
En obsecuente sometimiento a extraños tiranos, imponen Constituciones y decretos, donde educación y propiedad privada no están a salvo, confiscación de tierras, cierre de fábricas, suspensión de contratos, imposición por decreto de intereses bancarios y manejo de la información; crecientes presupuestos y armamentismo, con instrucción militar a reservistas voluntarios, es decir adiestramiento militar, para la "guerra asimétrica" contra el agresor imperialista. Su negocio invisible y creciente la exportación de droga al mundo; los petro y narco dólares alimentan a grupos de la izquierda radical, el ELN y las FARC de Colombia, el MAS de Bolivia, y otros en Perú, Ecuador, Nicaragua, El Salvador y México.
He ahí, el modelo que nos quieren imponer con la fuerza de las armas si es necesario, mientras la teoría económica enseña, que sin propiedad privada y sin mercado libre, no hay progreso. Tampoco consideran la fuerza combativa del mestizo boliviano y su sed insaciable de libertad, no comparable a pueblos sumisos como Cuba y Venezuela; aquí todos los ensayos de regímenes autoritarios, civiles y militares fracasaron más temprano que tarde.
Así esta nuestra Patria, con la justicia escarnecida, la libertad violada, la civilización invadida por la barbarie, la cultura intelectual y moral avasallada por la superstición y el fanatismo, su progreso contenido por sofismas; mientras la libertad y la justicia, la civilización y el progreso, fuerzas indestructibles que imprimen rumbos a la evolución humana, esperan su inexorable destino salvador del hombre boliviano.
El Gobierno apuesta y alienta la crisis política, económica y social con el propósito de reconformar un país, pero con intenciones "non santas". La reciente publicación de Emilio Martínez "Ciudadano X" que ha logrado cinco ediciones en pocos meses, hace una serie de revelaciones sobre la "cara oculta del evismo" que se presumen verdades, mientras alguien levante esos graves cargos.
Golpes publicitarios, tratan de atribuir al imperio la responsabilidad de los fracasos nacionales y no pasan de ser una impostura; lo honesto es reconocer que es nuestra incapacidad y corrupción la autora de todos los males. ¡Cómo les gusta a los dictadores la falsa publicidad!. Su Socialismo del Siglo XXI, tiene la influencia decisiva de un argentino, asesor de los "Carapintadas", que afirmaba: "Si Hitler y Mussolini hubieran triunfado, eso hubiera sido una gran ventaja para países como los nuestros".
La tesis Ceresole, sostiene que hoy, "una revolución sólo puede darse sobre la base de la unión de tres elementos: Caudillo, Ejército y pueblo". Esta tendencia según unos, es "fascismo", para otros "nacional populismo étnico"; para nuestros "ideólogos andinos" con aspiraciones teocráticas tipo Medio Oriente, es "socialismo comunitario" cuyo fracaso es inminente porque no lograrán integrar esos tres elementos.
Lo inexplicable, es que estas ideologías de grupos minoritarios de la sociedad, sobreviven a pesar de sus fracasos, se basan en una falsa democracia participativa y referendos, para formular constituciones a su medida y apropiarse del Poder; manipulan el voto y el Congreso, asaltan a la justicia, amordazan a la prensa y desatan la mentira a través de medios oficiales de información, dentro y fuera del país.
En obsecuente sometimiento a extraños tiranos, imponen Constituciones y decretos, donde educación y propiedad privada no están a salvo, confiscación de tierras, cierre de fábricas, suspensión de contratos, imposición por decreto de intereses bancarios y manejo de la información; crecientes presupuestos y armamentismo, con instrucción militar a reservistas voluntarios, es decir adiestramiento militar, para la "guerra asimétrica" contra el agresor imperialista. Su negocio invisible y creciente la exportación de droga al mundo; los petro y narco dólares alimentan a grupos de la izquierda radical, el ELN y las FARC de Colombia, el MAS de Bolivia, y otros en Perú, Ecuador, Nicaragua, El Salvador y México.
He ahí, el modelo que nos quieren imponer con la fuerza de las armas si es necesario, mientras la teoría económica enseña, que sin propiedad privada y sin mercado libre, no hay progreso. Tampoco consideran la fuerza combativa del mestizo boliviano y su sed insaciable de libertad, no comparable a pueblos sumisos como Cuba y Venezuela; aquí todos los ensayos de regímenes autoritarios, civiles y militares fracasaron más temprano que tarde.
Así esta nuestra Patria, con la justicia escarnecida, la libertad violada, la civilización invadida por la barbarie, la cultura intelectual y moral avasallada por la superstición y el fanatismo, su progreso contenido por sofismas; mientras la libertad y la justicia, la civilización y el progreso, fuerzas indestructibles que imprimen rumbos a la evolución humana, esperan su inexorable destino salvador del hombre boliviano.