Veinticuatro (24) días ha durado la lucha Chuquisaqueña por la democracia, encendida el 15 de agosto cuando con patrocinio de un gobierno que se precia de ser "popular" y "socialista" se eliminó el tema de capitalidad de la Asamblea Constituyente.
Muchas cosas han pasado desde ese día. Se han armado múltiples piquetes de huelga de hambre dispersos por toda la ciudad, más de 1.250 huelguistas simultáneos y por lo menos 2.000 con todas las bajas. Se han crucificado estudiantes en la casa de la libertad y en cuatro escenarios diferentes. Se han acatado paros cívicos, incluidos el de 2/3 del país y el paro cívico natural del jueves al que ninguna autoridad convocó. Se ha marchado a paso firme por todas y cada una de las calles de esta bella ciudad. Se ha gritado con todas las fuerzas que el alma permite, en defensa del derecho y de la libertad. No se ha renunciado ni con el sol en la cara, ni con la lluvia sobre el cuerpo a la contundente convicción. Mujeres (incluso embarazadas), ancianos, niños, minusválidos, campesinos y citadinos han sentado presencia en todas las protestas, personas que quizá nunca participaron de una marcha o de una huelga.
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Todo llegó a un paréntesis ayer con el fallo de la Corte Superior que dejó sin efecto la irregular resolución motivo del conflicto. Con aires de triunfo, los huelguistas han regresado a sus casas envueltos en una ovación de aplausos propiciada por las multitudes que festejaban. Como la huelga de hambre, todas medidas han sido levantadas por ahora.
El cabal fallo y la campante fiesta.
La gente comenzó a reunirse fuera de la Corte Superior del Distrito de Chuquisaca, desde las 10:30 de la mañana cuando comenzó la audiencia. Como era de suponer Villacorta y Arista intentaron desconocer a los vocales, pero sus acusaciones fueron rechazadas -también por la representante del Ministerio Público- bajo el argumento de que no existe ninguna norma legal para recusar al tribunal de garantías.
Después de un par de horas de partes, contrapartes, videos y documentos, todo fue encaminándose a una resolución positiva para el pueblo Chuquisaqueño. La incertidumbre y el miedo inicial fueron desvaneciéndose de a poco; en medio de un peculiar suspenso tanto dentro como fuera de la Corte y después de fundamentar su determinación, la presidenta Lilian Paredes pronunció las siguientes palabras que como toda la audiencia fueron transmitidas por altavoces a la calle: "se concede el recurso de amparo constitucional planteado por el presidente del Comité Interinstitucional, Jaime Barrón" fue suficiente para desatar una fiesta imposible de detener en la Capital de Bolivia. La algarabía descubría sobretodo satisfacción en los rostros de la gente. ¡¡Democracia SÍ!! ¡¡Dictadura NO!! era nuestro grito mientras caían la primeras gotas de lluvia. Por un instante mire al cielo y a pesar de considerarme agnóstico fue inevitable pensar que en ese día se festeja a la virgen de Guadalupe.
Y la concentración se convirtió en una marcha rumbo al teatro Gran Mariscal llevando la noticia a los jóvenes que habían hecho vigilia por 4 días consecutivos y del teatro hacia la plaza. Los automóviles bocinaban y más gente se sumaba al regocijo. Corbata y pollera marcharon juntos. Juventud y vejez se dieron un cariñoso abrazo. Padres e hijos se tendieron la mano. Hombres y mujeres; empresarios y campesinos... bolivianos y bolivianos.
