Capitalía Plena Sucre: La carta ganadora de Carlos Mesa

lunes, 19 de agosto de 2019

La carta ganadora de Carlos Mesa


El único candidato que tiene una ligera posibilidad de derrotar a Evo Morales en las elecciones presidenciales es Carlos Mesa. Eso siempre y cuando sea capaz de dar un fuerte golpe de timón que reviva su campaña electoral y que además tenga la capacidad de organizar un sistema independiente de recuento de la votación.

La fuerza electoral de Mesa se debe al amplio y merecido reconocimiento que tiene en todo el país. Eso no es suficiente para darle la carta ganadora en las elecciones presidenciales. Todavía no ha mostrado los mejores dedos de organista para la política criolla y no acaba de convencernos como estadista que estará a cargo de los asuntos más serios del país. Ni siquiera su excepcional elocuencia le garantiza un triunfo electoral.

Después de 13 años en el poder, la candidatura de Evo le lleva ventaja en organización nacional, en financiamiento, en apoyo rural, en una narrativa engañosa pero muy efectiva y en una extraordinaria capacidad de hacer trampas políticas exitosas. Evo tiene logros serios, como haber ganado dos elecciones con una mayoría nunca antes vista y haber ampliado la participación política, social y económica de las masas marginadas mucho más allá de donde las dejó la Revolución Nacional de 1952. 

A esto se añade el hecho de que Evo Morales cuenta con una correlación de fuerzas superior a la que tiene Carlos Mesa. Mediante fondos llovidos del cielo, desarrolló un sistema prebendal que le garantiza el apoyo de los movimientos sociales, de los medios comprados y de los militares, quienes son la última garantía de su régimen. Para cualquier eventualidad callejera cuenta con grupos de choque conformados por los cocaleros del Chapare. 

Evo ha tenido la astucia de olvidarse de la ideología socialista para ganarse el apoyo de buena parte del empresariado y de la banca nacional. No hemos escuchado que esos sectores se opongan a su reelección. Tiene una base electoral sólida de al menos un tercio del electorado. Si esa base le fallara, confía en un órgano electoral que ha dado numerosas pruebas de que garantizará su reelección sin que importe cómo votemos los bolivianos.

Las actuales subvenciones que mantienen el dólar estable no se podrán sostener cuando se termine de agotar el gas, que es la fuente de las reservas internacionales con las que se pagan esas subvenciones. Para evitar que se esfumen los últimos saldos de las reservas internacionales agotadas por los gastos electorales del binomio Evo-Álvaro, el próximo gobierno se verá obligado a dejar que el dólar suba a su verdadero nivel. 

Un próximo gobierno de Evo nacerá débil por el desgaste de sus años en el poder más la impostura de su candidatura ilegal e inconstitucional. El de Mesa no contará con una correlación de fuerzas favorable y tendrá al frente la oposición implacable del MAS. A pesar de ser un presidente ilegítimo y debilitado, Evo Morales intentaría aferrarse al poder por un tiempo indefinido mediante medidas represivas copiadas de Cuba y Venezuela. 

La cosa sería muy diferente para un gobierno de Carlos Mesa. La sola devaluación de la moneda le restaría el apoyo de su fuerte, que es la población urbana. 

La complicidad del organismo electoral con los candidatos del oficialismo está matando nuestra democracia. Si termina de morir sólo quedarán las balas para zanjar las contiendas entre gobernantes y gobernados. En el remoto caso de que Evo Morales tuviera la sagacidad de permitir una alternancia en el poder, un débil presidente Carlos Mesa podría pasar a la historia si tan sólo restablece la más mínima condición para la convivencia pacífica, que consiste en que podamos dirimir nuestras diferencias mediante votos limpios. 

El candidato Carlos Mesa puede ofrecernos dos cosas que le permiten enfrentar con realismo el hecho de que como Presidente gobernaría muy poco tiempo. Primero, que en caso de ser elegido y jurar como Presidente, montará de inmediato un organismo electoral confiable, imparcial y transparente. Segundo, que llamará a nuevas elecciones apenas ese nuevo organismo electoral entre en funciones. 

Lo más efectivo para revivir su campaña es que Mesa nos ofrezca hacerse cargo de un gobierno de transición y de administrar un corto interinato que restablezca la salud de la democracia. 

Desde el incómodo y desacostumbrado papel de opositores, Evo y el MAS apoyarían el acortamiento del mandato de Mesa con mucho entusiasmo.

Walter Guevara Anaya es analista.