Después de 12 horas de viaje en bus, llegaron a Villa Tunari (Cochabamba). El calendario marcó el 18 de mayo. El trayecto aún no concluía. Desde esa localidad, muchos servidores públicos debieron recorrer la vía por otros 40 minutos, para arribar a Chimoré. Se trató de una larga caminata bajo un sol inclemente.
Muchos funcionarios de La Paz -denunciaron- fueron obligados a viajar. Los vehículos (flotas y camionetas) sólo llegaron hasta Chimoré. Contaron que “no hubo paso” y que “todo fue copado” por los cocaleros de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.
Los servidores descendieron y se prepararon para iniciar una caminata de casi una hora. Debieron recorrer más de tres kilómetros para llegar al punto de concentración: el aeropuerto internacional Soberanía de Chimoré.
“¡Apúrense, no falta mucho!”, se le escuchó decir al líder de un grupo de funcionarios y “no se detuvo pese al día soleado”, contó un servidor. La temperatura sobrepasó los 25 grados. A lo largo del camino, señoras y niños de la zona vendieron refrescos empacados en pequeñas bolsas y gaseosas embotelladas, pero a un costo elevado (hablan de que el precio de una gaseosa está por encima de los 20 bolivianos). Muchos prefirieron soportar la sed.
Otros -relató un funcionario- tuvieron mejor suerte. Lograron “agarrar” un mototaxi, escaso por la alta demanda de pasajeros. Ellos llegaron al punto de concentración en menos de 10 minutos.
Después de casi una hora de caminata, un grupo de funcionarios arribó al punto de concentración, donde ya había miles de personas. Se escucharon los vítores: “¡No queremos volver al pasado, viva el proceso de cambio! ¡Evo Presidente!”. Hay quienes ondearon por lo alto las banderas del MAS; otros, expresaron su respaldo tocando música autóctona.
El presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera llegaron al acto montados en una moto. Estuvieron rodeados por dirigentes y militantes. “Nos sentimos con fuerza”, fueron las palabras que pronunció el mandatario tras pedir un nuevo periodo en el poder.
El evento fue transmitido por televisión y duró menos de una hora. En ese tiempo, varios de los asistentes buscaron qué comer, pero no tuvieron suerte. La comida que llevaron los comerciantes -relataron los funcionarios- se agotó. En otros casos -agregaron los que viajaron-, los servidores públicos prefirieron aplacar el hambre con dulces y galletas.
Cuando el acto concluyó hubo un desbande. Los vehículos y mototaxis inmediatamente fueron copados. Los funcionarios con hambre, sed y sudorosos retomaron su caminata de regreso, “el avance fue más lento”.
Obligados y sorteos
Antes del acto, funcionarios denunciaron que estaban siendo obligados a asistir.
Hubo entidades estatales en las que se dieron dos alternativas, contaron otros servidores: ir a Chimoré o pintar, en la madrugada, las paredes con la imagen de Morales y García Linera.
En cambio, en otras instituciones públicas hubo un sorteo, denunció otro funcionario. El “premio castigo”: viajar por más de 12 horas hasta Chimoré, para inaugurar la campaña del binomio Evo-Álvaro. El “premio mayor”: asistir el 21 de junio a Tiwanaku para celebrar el Año Nuevo Andino, actividad en la que se espera la participación de Morales.
Evo: La derecha es vergonzosa
El presidente Evo Morales afirmó que la actitud de la derecha boliviana es “vergonzosa” por sus reiterados “fracasos” a sus pedidos de una intervención extranjera en asuntos internos del país.
El Primer Mandatario manifestó que a la derecha boliviana “no piensa en los bolivianos” y pide auxilio a Estados Unidos, a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros organismos internacionales, para frenar su candidatura para las elecciones generales de octubre, “pero fracasan”.
“De manera vergonzosa se quejan a los gringos de Estados Unidos, eso no se puede entender, piden auxilio al gobierno de Estados Unidos, piden intervención. A las juventudes mucha reflexión. Piden en la OEA y fracasan, se acercan a la CIDH y fracasan, intentan usar al gobierno de Brasil, fracasan, ahora van al gobierno de Colombia, qué vergüenza”, dijo Moralesen un acto en el que entregó una fábrica de vidrios en Chuquisaca. (ABI)