Capitalía Plena Sucre: Dilapidando en saunas

sábado, 26 de mayo de 2018

Dilapidando en saunas


Como el lector sabe, en estos días estoy objetando la construcción de un nuevo palacio de gobierno a un costo de 36 millones de dólares. Algunos pueden pensar que esta crítica es coyuntural, pero no es así. Encuentro que esta obra refleja las aberraciones del sistema de decisiones de inversión pública, un sistema creado y operado por el presidente Morales en sus 12 años de gestión. Los rasgos comunes de este sistema se revelan en la forma de realización de este palacio, como muestro a continuación:

a) No se respeta la ley: Este edificio de 26 plantas fue construido en un sitio patrimonial, el centro de La Paz, donde estaban prohibidos los edificios altos. El gobierno pasó por encima de esta prohibición general; es decir, creó un privilegio para sí mismo. De la misma manera, con el programa Evo Cumple, el gobierno desoyó los procedimientos normales de aprobación de proyectos municipales, lo que, como se sabe, ha dado lugar a la construcción de “elefantes blancos”: centros deportivos abandonados, aulas sin alumnos, estadios más grandes que la población del lugar, etc. 

b) Se prioriza los caprichos del Presidente: El nuevo palacio es un proyecto concebido e impulsado por Evo Morales, que seguramente también se involucró personalmente en el diseño del palacio, como lo hizo en la contratación de las empresas que prestaron servicios e hicieron las construcciones de Odesur (lo que es ilegal). Evo ha hecho construir obras y ha comprado bienes de acuerdo a sus gustos, pasiones y odios. 


Por ejemplo, hizo que la única planta petroquímica del país se ubicara lejos de los mercados de urea que produce, pero dentro de la “zona de influencia” del partido oficialista. Y Evo se ha ocupado de organizar los proyectos del Estado en función de su preferencia personal por ciertos deportes, en particular el fútbol de salón. Esto ha dado lugar a un enorme despilfarro de recursos. Hoy la planta de urea, por seguir con este ejemplo, funciona a media máquina y con más costos que ingresos.

c) Se prioriza el clientelismo: Además de los deseos del Presidente, la inversión del gobierno MAS se ha basado en un trueque: obras para los adherentes a cambio de apoyo político. Por eso los regalos de sedes y automóviles a los sindicatos y las organizaciones sociales. Por eso la demanda del Presidente a las localidades para que “no le fallen”. El palacio obedece a esta misma lógica de sedes y premios a los cercanos al poder.


d) Se cree en un “derecho de conquista”: Lo que los oficialistas buscan es disfrutar de los bienes que están en disposición del Estado, como si se tratara de un “derecho de conquista”. Por eso este palacio tiene toda clase de opulentos accesorios para gratificación y disfrute de Evo Morales, que ya no es más que una pálida sombra del dirigente de izquierda que fue en algún momento. No es muy fácil de explicar, porqué, el palacio cuenta con gimnasio, dos saunas y helipuerto, excepto si tomamos en cuenta el uso del poder en este sentido.

Podríamos darnos el lujo de tener un enamorado de los lujos en la Presidencia si fuéramos un país rico y hubiera cierto equilibrio entre los gastos suntuosos y las inversiones en necesidades como salud, y educación. Pero no es así, sino todo lo contrario. El déficit en la inversión social es enorme, como muestra que en 2005 Bolivia haya ocupado el puesto 108 del mundo en la lista de países ordenados según el índice de desarrollo humano calculado por el PNUD, y en 2016 ocupe el puesto 118 de este mismo ranking. Esto significa que ni siquiera el crecimiento en estos años del PIB per cápita, que es uno de los componentes del índice, ha compensado las deficiencias en la provisión en la cobertura de las necesidades básicas, que el índice también mide. 

En este contexto, los dos saunas y la alcoba gigantesca del palacio son más que anécdotas, son insultos a la pobreza del país y de la mayoría de sus habitantes.